El número de miembros de una secta cristiana del sur de Kenia que ayunaron hasta morir para «encontrarse con Jesucristo» ascendió de 360 a 372 este miércoles, después de que las autoridades encontrasen nuevos cadáveres enterrados en un bosque, informó la Policía.

Según la inspectora de la Policía de Kenia para la costa del país, Rhoda Onyancha, las excavaciones -reanudadas este lunes después de varias semanas paralizadas- aún no han terminado, por lo que el número de muertos puede seguir aumentando durante las próximas semanas.

Así, las autoridades kenianas siguen abriendo las fosas comunes y tumbas halladas en el bosque de Shakahola, en el condado costero de Kilifi.

Casi todos los cadáveres de la llamada «masacre de Shakahola» han sido exhumados en ese bosque, de más de 320 hectáreas, mientras sólo unos pocos murieron en un hospital después de ser rescatados por la gravedad de su estado.

El pasado 27 de junio, el patólogo jefe del Gobierno, Johansen Oduor, indicó que, de los 338 cuerpos examinados hasta esa fecha, 117 eran de menores y 201 de adultos, mientras que 20 se encontraban en un estado de descomposición demasiado avanzado para determinar la edad.

Las autopsias también evidenciaron que, si bien todos los cuerpos mostraban signos de inanición, algunos de ellos, sobre todo de niños, además tenían rastros de estrangulamiento y asfixia.

En este sentido, las primeras investigaciones de la Policía apuntan a que los fieles eran forzados a seguir con el ayuno aunque quisieran abandonarlo.

Al menos 37 sospechosos han sido detenidos hasta el momento por estos hechos, que han conmocionado al país.

El ministro del Interior de Kenia, Kithure Kindiki, culpó a las fuerzas de seguridad y la justicia kenianas de negligencia, al no tomar las medidas adecuadas frente a las denuncias presentadas en el pasado contra el presunto líder de la secta, el pastor Paul Mackenzie.

Mackenzie, bajo custodia policial desde el pasado 14 de abril, lidera la Good News International Church (Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas) y trabajó como taxista en el pasado.

MT / EFE

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