Los resultados de un nuevo estudio realizado por la Comisión Internacional The Lancet sobre Prevención, Intervención y Cuidados de la Demencia, asegura que la pérdida de audición es el principal factor de riesgo para desarrollar demencia a partir de la mediana edad, pero el uso de audífonos reduce considerablemente el riesgo de sufrir el trastorno.

La respuesta a la que llegó la investigación refiere a personas que superan la barrera de los 40 años, grupo que, se estima, representa hasta el 20,5% de las causas evitables.

La investigación indica que actualmente, unos 1.500 millones de personas en el mundo experimentan un deterioro del sentido del oído, y se calcula que afectará a 2.500 millones en 2050, siendo algunas de las causas: el envejecimiento y el consecuente daño celular acumulado a lo largo de la vida, además de los ruidos fuertes, como los que se producen en las grandes ciudades, la herencia genética, el uso de algunos medicamentos y dolencias como la meningitis.

Científicos chinos, japoneses, indios y de otros países publicaron recientemente un artículo en la revista científica The Lancet Public Health, con las conclusiones a las que llegaron gracias a un primer estudio que analizó la asociación entre el uso de audífonos y el riesgo de desarrollar demencia. Para ello, utilizaron información de más de 400 mil participantes.

Los resultados arrojaron que usar estos dispositivos conlleva a menores probabilidades de desarrollar demencia en las personas afectadas por un deterioro del sentido del oído. De hecho, el riesgo se equipararía al que tiene una persona con las capacidades auditivas intactas.

Para los investigadores está claro que, al atenuar la pérdida de audición, los audífonos disminuyen la carga cognitiva.

Los especialistas destacan la importancia de conocer, determinar y caracterizar adecuadamente los factores que pueden proteger a las personas cercanas de la demencia como la pérdida de audición, trastornos asociados además a otros padecimientos como mayor discapacidad, aislamiento social, depresión y la mortalidad.

Fuente: Los Andes

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