Lionel Messi se mostró este martes emocionado, tras el pase de la selección argentina a la final del Mundial de Qatar, después de vencer (3-0) a Croacia. El futbolista confesó que la final que se disputará este domingo será su último partido en una Copa del Mundo.

«Estoy orgulloso de poder terminar mi viaje mundialista jugando esta final. Es emocionante lo que estoy viviendo. El domingo será mi último partido en un Mundial», señaló el 10.

El crack argentino argumentó que «pasarán muchos años hasta el próximo» torneo, lo que le hace pensar que «no pueda hacerlo». «Así que espero poder terminar de la mejor manera», deseó.

«Estoy disfrutando mucho todo. Me siento bien. Me siento fuerte para afrontar cada partido. Hicimos un gran sacrificio. El último partido que jugamos fue con prórroga. Estábamos cansados, pero el grupo cogió fuerza. Estoy muy feliz, a lo largo de esta Copa del Mundo me he divertido mucho. Por suerte, pude ayudar al grupo a conseguirlo», agregó el delantero, que este martes superó a Gabriel Batistuta como máximo goleador (11) argentino en mundiales.

Sobre el encuentro, Messi insistió en que estaban confiados en sacar adelante el partido, aunque les tocara comenzar perdiendo. «Este grupo es una locura. Lo hicimos y vamos a jugar una final del Mundial más», señaló Messi.

El 10 argentino quiso dedicarle el triunfo a toda a la afición, pero en especial a su familia. «Me acuerdo de mi familia, que es lo máximo para mí, la que me acompañó siempre, en las buenas y en las malas. Hoy nos toca vivir una espectacular», expresó.

«Me pasaron muchas cosas por la cabeza, es muy emocionante. Ver a esta gente y a la familia animar durante todo el Mundial ha sido algo increíble. Vamos jugar el último partido que es lo que queríamos», indicó.

Posteriormente, en rueda de prensa, el de Rosario reflexionó sobre la sorprendente derrota ante Arabia Saudita en el primer partido y reconoció que Argentina supo canalizar su decepción. «Diría que el primer partido fue un golpe duro para todos nosotros, porque llevábamos 36 partidos invictos. Empezar así fue un golpe duro», destacó.

«No pensábamos que íbamos a perder con Arabia Saudita. Era una prueba de fuego, pero demostramos lo fuertes que somos. Fue muy difícil lo que hicimos, porque cada partido es una final y esto conlleva una carga mental. Éramos conscientes de que si no ganábamos entonces todo sería más complicado», apuntó.

Fuente: MT/ EN

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