Los apagones, bajones y el racionamiento eléctrico en Venezuela no sólo tiene como responsable al régimen de Maduro, sino también a una pareja de “sifrinos” que se llevaron todos los recursos para la recuperación del Sistema Eléctrico Nacional.
A través de Derwick Associates, Francisco Convit y Alejandro Betancourt, ambos testaferros de Rafael Ramírez y financistas de Leopoldo López, armaron una gigantesca trama de corrupción logrando de esta manera la crisis energética en el país.
En 2010 el régimen venezolano se planteó crear la planta termoeléctrica Picure, con 134 MW de potencia instalada, como parte del plan de blindaje eléctrico de Caracas, en los que Derwick Associates obtuvo 12 contratos inflados en un año, a pesar de no tener experiencia en el área.
La termoeléctrica costó 240 millones de dólares, un monto exorbitante considerando que los equipos utilizados para la instalación no eran nuevos sino usados. ¡La mayor corruptela de la historia!
Derwick subcontrató a ProEnergy Services, con sede en Sedalia, Missouri (EEUU), que ya había ejecutado obras y vendidos equipos en Venezuela desde 2005.
De este modo crearon una arquitectura de negocios donde destaca el sobreprecio en obras y la venta de equipos mayormente usados pero ofertados a precios superiores a los nuevos. Todos los equipos eran reparados, y era conocimiento de funcionarios de las instituciones venezolanas según demuestran papeles oficiales.
ProEnergy obtuvo con Derwick ingresos por el orden de 1,3 millardos de dólares, mientras que Derwick facturó al régimen 2,25 millardos de dólares, unos 809 millones de dólares más que lo cobrado por su aliado.
Convit fue detenido en enero del 2020 en el aeropuerto de la isla de Margarita por parte del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), tras ser señalado por la corte federal de Miami de liderar una trama de corrupción de $ 1,2 millardos, la llamada trama de “Los Bolichicos”.
Fuente: Agencias