Un juzgado de Panamá ordenó la detención provisional de ocho ciudadanos venezolanos migrantes en tránsito que agredieron a un agente de las fuerzas de seguridad y causaron daños a una estación de recepción migratoria (ERM) en la provincia panameña del Darién, informó la Fiscalía el fin de semana pasado.
El hecho tuvo lugar el pasado 6 de junio en la estación de recepción migratoria de San Vicente cuando los ocho migrantes «causaron daños a bienes del Estado y además lesionaron» a un agente del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), precisó un comunicado del Ministerio Público.
El grupo de migrantes venezolanos se tornó violento «debido a que querían continuar su camino, pero debían cumplir con el proceso de verificación de migración, además del pago del transporte», de acuerdo con la información oficial. «Los ocho imputados también les tiraron piedras y bloques a las unidades policiales, amenazándolos de muerte alegando que pertenecían a una banda delincuencial en Venezuela», aseguró el Ministerio Público de Panamá.
La Fiscalía Regional de Darién logró la medida cautelar de detención provisional para los ocho migrantes, que fueron imputados por el delito contra el patrimonio económico, en la modalidad de daños agravados, y contra la libertad e integridad personal, en la modalidad de lesiones personales.
Panamá es un paso obligado para decenas de miles de migrantes irregulares que viajan hacia Norteamérica procedentes de todas partes del mundo, en medio de una crisis que se ha ido agudizando con el tiempo.
Si bien en 2021 más del 70 % de los más de 133.000 migrantes que llegaron a Panamá tras cruzar la peligrosa selva del Darién – la frontera natural con Colombia – eran haitianos, este 2022 la gran mayoría son venezolanos.
Según cifras del Servicio Nacional de Migración (SNM) de Panamá, en los cinco primeros meses de este año han entrado por el Darién 32.797 migrantes en tránsito, de los cuales 16.720 son venezolanos, 9.844 solo en mayo pasado.
MT | EFE