En medio de la polémica suscitada en Estados Unidos por el oscurantismo que rodea al grave accidente de un tren que ha obligado a evacuar a centenares de personas en Ohio, un nuevo accidente ferroviario puso a otra ciudad en alerta.

Se trata de la localidad de Van Buren, cerca de Detroit, donde un tren con 30 vagones de la misma compañía que el de Ohio, Norfolk Southern, se salió de la vía. Según las primeras informaciones, todo apuntaba a una colisión con otro tren que provocó el accidente.

Aunque aún hay muchas dudas en torno a lo sucedido, las autoridades se apresuraron a revisar uno de esos 30 vagones que contenía materiales peligrosos. Las primeras investigaciones determinaron que esos materiales fueron contenidos y que el vagón no tiene daños ni fugas, pese a lo cual instaron a la población a no acercarse a la zona del accidente.

Según testigos presenciales, dos de los 30 vagones volcaron, pero no hubo mayor problema. Estos serán sacados de ahí con una grúa y se espera que la normalidad vuelva a la circulación en breve.

David McInally, jefe de bomberos de Van Buren, explicó que pudieron llegar enseguida, ya que el accidente se produjo muy cerca de la estación de Riggs Park, en Belleville, donde tienen su base. Eso ayudó a que enseguida se activara el protocolo de actuación y no se produjera ningún incendio como sí ocurrió en el trágico suceso de Ohio.

Las críticas hacia la actuación de las entidades gubernamentales por lo ocurrido en East Palestine y, sobre todo, hacia la compañía Norfolk Southern han arreciado en las últimas horas. Este nuevo accidente colocó a la compañía de nuevo en la picota, especialmente porque se produjo mientras desde la Casa Blanca el mismísimo Joe Biden les culpaba de lo sucedido.

MT / ABC

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