Una afluencia sin precedentes de solicitantes de asilo africanos ha generado una crisis, sin precedentes, en el aeropuerto de Madrid, ante la gran cantidad de de inmigrantes irregulares, la mayoría de ellos procedentes de Senegal, que han hecho escala en Madrid-Barajas en las últimas semanas.

Hacinados en habitaciones y dormitorios, esperan solicitar protección internacional o ser expulsados;  llevando al gobierno a introducir nuevos visados de emergencia e incluso a la Cruz Roja a tirar la toalla en señal de protesta.

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), una oenegé presente en el lugar, denunció que «el hacinamiento e insalubridad han alcanzado puntos críticos, provocando plagas de chinches, acumulación de basura».

Los videos transmitidos por policías a la prensa muestran cucarachas en el suelo y duchas insalubres, con personas obligadas a dormir en «colchones inflables en el suelo» y «en ocasiones compartiendo cama», según refirió también la ONG.

Hacinamiento e insalubridad

Según cifras oficiales, solo en enero, se registraron 864 demandas de asilo en este aeropuerto, más que en todo el año 2022 (767).

Según CEAR y el sindicato policial SUP, el número de inmigrantes que esperaban en Barajas se situaba entre 390 y 450 a finales de enero, frente a los 250 de finales de diciembre, según los tribunales.

Desbordadas, las autoridades no pudieron impedir recientemente la huida de 17 personas rompiendo una ventana, explicó a la AFP una fuente policial. Seis personas también intentaron sin éxito escapar por un falso techo.

Hecho rarísimo, la Cruz Roja decidió la semana pasada retirarse del aeropuerto por no poder realizar «con normalidad» su trabajo, señaló su portavoz, José Javier Sánchez, a la televisión pública TVE.

Escala sin documentos

Estos inmigrantes irregulares -que también proceden de Marruecos, Somalia, Mali, Kenia y Mauritania- hacen escala en Madrid y no toman su vuelo de conexión a países latinoamericanos que no exigen visado, explicó a la AFP un portavoz del sindicato SUP.

«Cuando llegan aquí a Madrid, pues nunca cogen ese vuelo de enlace y vienen a solicitar asilo», alegando proceder de un país en conflicto, explicó el portavoz.

Al llegar a Madrid, «rompen la documentación» y se declaran menores de edad, añadió.

Si bien el número de solicitantes de asilo en el aeropuerto va en aumento desde el verano pasado, el incremento es exponencial desde finales de 2023, y a fines de diciembre tres magistrados hicieron sonar la alarma al denunciar la falta de «salubridad, higiene e intimidad» y la «escasez de comida» en las salas destinadas a estos inmigrantes.

El Defensor del Pueblo visitó el lugar el 19 de enero e instó al gobierno a tomar medidas para que «se garanticen los derechos de las personas» ahí concentradas.

Por su parte, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados denunció el viernes la «falta de condiciones dignas» del lugar, y reclamó «soluciones urgentes» a las autoridades españolas.

Visas de tránsito

Bajo presión, el ministerio de Interior español abrió el martes una nueva sala de espera, aumentando la capacidad de acogida en un 47%, y afirmó haber llevado a cabo la «desinfección» necesaria para hacer frente a la proliferación de insectos.

Fuente: AFP

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