A casi seis meses del escándalo de corrupción de Pdvsa Cripto, que involucró a personas influyentes y no tan influyentes, así como a empresarios y personas adineradas del este de Caracas que tienen conexiones con el chavismo, un nuevo guiso rojo sale a la luz.

En las transmisiones nocturnas de Venezolana de Televisión (VTV), se podían ver extensas filas de presos caminando con trajes naranjas y ocultando sus rostros de la cámara, acusados de saquear una vez mas a Venezuela.

Uno de ellos es Alejandro José Arroyo Pérez, quien ha sido señalado, entre otras cosas, como uno de los testaferros de Hugbel Roa y socio de Jorge Giménez Ochoa, el actual presidente de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), quien parece tener vínculos con Federico Alberto Manzo Leyba, un operador financiero que continúa negociando cargamentos de Pdvsa y la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) a pesar de las investigaciones en curso.

Federico Manzo Leyba actúa como representante de Jorge Giménez, encargándose de las negociaciones relacionadas con crudo y aluminio a cambio de alimentos. Según el portal Cuentas Claras Digital, describen a Giménez como un empresario con una «trayectoria empresarial desconocida».

Manzo Leyba estaría realizando negocios en Europa a través de la empresa PANGLOBAL ENERGY SMC LTD registrada en Uganda. Por otro lado, según datos internos de PDVSA, el presidente actual de la Federación Venezolana de Fútbol tiene una deuda significativa de al menos 600 millones de dólares con la estatal petrolera venezolana debido a transacciones realizadas durante el año 2022

De acuerdo al portal Infodio, Jorge Giménez Ochoa realiza transferencias de grandes sumas de dinero a través de Ensa Energía A.G., una empresa offshore con sede en Labuan, Malasia.
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La forma en que Giménez Ochoa opera es obteniendo crudo de PDVSA a precios muy bajos y enviándolo a Asia en petroleros que mantienen sus transpondedores AIS apagados la mayor parte del tiempo. Estos barcos flotan en el mar, a veces durante meses, esperando ser descargados en algún momento para clientes chinos.
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Giménez Ochoa recibía su pago a través de las cuentas de Ensa Energía, donde cobraba su parte, mientras que los fondos restantes se utilizaban para adquirir alimentos que luego eran empacados en cajas CLAP (Logística y Alimentos El Mazo CA) por su socio, Alejandro Arroyo.

Gracias al mecanismo establecido, tanto Giménez Ochoa como Arroyo lograban obtener beneficios en todas las etapas del comercio. En este contexto, uno de los asociados de El Mazo era Gilber Renee Mejías, otro socio con un pasado controvertido debido a su historial de posesión de drogas. Además, Mejías también fue arrestado durante la operación anticorrupción de PDVSA.

Se tiene conocimiento de que las autoridades británicas están monitoreando las operaciones del grupo liderado por Jorge Giménez y Federico Manzo Leyba, las cuales involucran conexiones con países como Turquía, Indonesia, Chipre, San Cristóbal y Nieves (Nevis) y los Emiratos Árabes.

Tanto Giménez Ochoa como Arroyo provienen de un segmento de la sociedad que es completamente opuesto al chavismo. Su educación en escuelas y universidades privadas los coloca como ejemplos representativos de la llamada «nueva boliburguesía» venezolana.

Es interesante notar que se ha mencionado una supuesta relación entre Giménez Ochoa y Armando «Coco» Capriles Capriles, primo-hermano del exgobernador Henrique Capriles Radonski. Se ha alegado que Coco Capriles se habría enriquecido a través de negocios con el sistema financiero público, específicamente mediante la asignación de divisas del SITME, y que estas actividades estarían relacionadas con Giménez Ochoa.

(MT/HE/CCD)

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