Un grupo de científicos de Estados Unidos ha revelado que el consumo de alcohol en pocas cantidades podría mermar el estrés. Igualmente, disminuir los riesgos de infartos.

Científicos del Massachusetts General Hospital observaron los niveles de estrés y el consumo de alcohol de 50 mil personas.

Descubrieron que las personas que consumían 1 o 2 bebidas al día tenían niveles más bajos de estrés y un menor riesgo de ataque cardíaco. Igualmente, revelaron que quienes tomaban entre una y 14 copas a la semana tenían menos probabilidades de sufrir un infarto de miocardio o un ACV.

Todo ello, frente a los que ingerían menos de una copa a la semana, incluso después de hacer los ajustes por factores genéticos, de estilo de vida y otras condiciones de riesgo.

En este sentido, Ahmed Tawakol, autor principal del artículo y codirector del Centro de Investigación de Imágenes Cardiovasculares del hospital dijo que esto no significa que las personas deban beber activamente para reducir el riesgo de ataques cardíacos.

Recalcan que el alcohol puede retardar las respuestas al estrés en la amígdala, la región del cerebro responsable de responder a las amenazas.

Aclaran que si bien es crucial tener respuestas rápidas a las amenazas genuinas, a veces es útil para el cerebro ser menos reactivo, por ejemplo, al estrés relacionado con el trabajo o la ansiedad social.

«Cuando la amígdala está demasiado alerta y vigilante, el sistema nervioso simpático se intensifica», revela Tawakol.

A su vez, precisa que esto aumenta la presión arterial, y por ende, la frecuencia cardíaca que desencadena la liberación de células inflamatorias.

Sin embargo, los especialistas señalan que antes de optar por un consumo ligero de alcohol para reducir el estrés, existen otras alternativas. Y aquí resaltan la meditación y el ejercicio.

(MT)

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