Una alarmante escasez de medicamentos vive actualmente Estados Unidos. Son 301 fármacos (100 más que hace 5 años), de los cuales 47 se sumaron a la lista en el primer trimestre de 2023, según datos publicados por la Sociedad Estadounidense de Farmacéuticos de Atención Médica (ASHP, por sus siglas en inglés).

Las cifras actuales manejadas por la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos, señalan que son 137 las medicinas escasas actualmente en la nación. En años anteriores, esta cifra no solía rebasar el centenar.

Una problemática que continúa incrementándose, afectando principalmente a pacientes con cáncer, debido a la falta de al menos 14 compuestos para tratamientos.

«Los medicamentos de quimioterapia han regresado a la lista de los cinco tipos de fármacos más escasos», declaró la periodista médica estadounidense Roxanne Nelson a la BBC.

Una situación grave para Nelson, quien recalcó que varios compuestos los utilizan en tratamientos de primera línea.

Son cada vez más los pacientes con cáncer en Estados Unidos, que viven esta dura realidad de buscar medicinas necesarias para curarse. «Enfrentan un estrés adicional y pierden tiempo buscando fuentes alternativas«, explicó el doctor Eric Tichy, presidente de la junta directiva de la Alianza por el Fin de la Escasez de Medicamentos en EEUU.

Además del cáncer, también se suma a la escasez, fármacos utilizados para trastornos de déficit de atención e hiperactividad, diabetes, hipertensión o asma, e incide especialmente en áreas como urgencias, anestesia, enfermedades infecciosas, nutrición parenteral y neurología, según la ASHP.

Los expertos y la FDA atribuyen la actual crisis a diversas causas como el incremento de la demanda por el envejecimiento de la población estadounidense, la escasez de suministros o las limitaciones en las capacidades de fabricación.

Entre todas ellas, sin embargo, destaca una: las farmacéuticas han dejado de producir muchos medicamentos baratos porque estos apenas les reportan beneficios.

«Como sabemos, la atención médica en EEUU es un negocio», concluye Roxanne Nelson.

(MT/VN)

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