Un estado de alarma se ha desatado en las últimas horas en Reino Unido luego de una seguidilla de desalentadoras novedades en lo que respecta a la nueva ola del coronavirus y la variante Ómicron.

El primer ministro, Boris Johnson, confirmó el fallecimiento de un paciente portador de la más reciente variante del COVID-19, siendo el primero en el territorio.

Además, intentó desterrar el concepto de que la nueva variante es una versión menos dañina que las demás, apuntando que deben “reconocer la rapidez con la que se acelera su propagación en la población” y que es vital ponerse la dosis de refuerzo.

Entretanto, Oxford publicó un informe que registra insuficiencia de anticuerpos en personas con dos inyecciones.

Ahora en Londres están revisando estrategias y restricciones que eviten una situación delicada de nuevo. Entre las decisiones están instaurar el teletrabajo en todos los casos posibles, el uso obligatorio de tapabocas en lugares cerrados y el uso del pase de salud para espectáculos y sitios de comida, entre otras.

Unos 15 días después de la aparición de la variante ómicron en el país, se han registrado ya 3.137 casos en el Reino Unido, pero se cree que el número real es muy superior y el gobierno prevé que se convierta en la variante dominante en pocos días. Según el ministro de Sanidad, Sajid Javid, ya es responsable del 40% de las infecciones en Londres.

El jefe del Ejecutivo informó que la inyección de complemento contra el Covid-19 estará disponible en Inglaterra en la última quincena de diciembre, un mes antes de lo que estaba previsto. Será para todos los mayores de 18 años que se hayan vacunado hace, mínimo, tres meses con la segunda dosis.

MT/FRANCE24

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