Este miércoles, el viceministro de Exteriores ruso Alexandr Grushkó afirmó que llega el «momento de la verdad» en las relaciones con la OTAN, justo antes de viajar a Bruselas donde mañana se celebrará una reunión del Consejo OTAN-Rusia.

Según el borrador de acuerdo que Moscú propone cerrar con la Alianza Atlántica, Rusia exige al bloque que desista de cualquier actividad militar en territorio de Ucrania y de varios países de Europa Oriental, el Cáucaso y Asia Central.

Además, debe excluir una futura ampliación del bloque, incluido a Ucrania, una de las líneas rojas trazadas por el jefe del Kremlin, Vladímir Putin, quien expuso la necesidad rusa de garantías de seguridad al presidente de EEUU, Joe Biden, en su cumbre virtual del 7 de diciembre pasado.

Según el documento ruso, ambas partes se comprometerían a no emplazar ni tropas ni armamento en países del continente europeo, y a no desplegar misiles de corto y medio alcance en zonas desde las que pueden alcanzar objetivos en territorios de los países firmantes del acuerdo.

«Viajamos (a Bruselas) con expectativas realistas y la esperanza de que tendremos una conversación seria y profunda sobre los problemas reales de la seguridad europea», señaló Grushkó.

La reunión del Consejo OTAN-Rusia tendrán lugar después de la consultas ruso-estadounidenses celebradas este lunes en Ginebra, en las que el viceministro ruso Serguéi Riabkov aseguró que Rusia no tiene intención de atacar a Ucrania.

Al mismo tiempo, Riabkov consideró que sería un «gran error» si la OTAN se niega a conceder garantías de seguridad a Moscú.

MT/INFOBAE

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