ARCHIVO (AP Foto/Matias Delacroix)

La ansiedad y la depresión han aumentado en los venezolanos y para final de año la situación podría empeorar, advirtió María Isabel Parada, fundadora de la organización no gubernamental Psicólogos Sin Fronteras.

“Desde la experiencia de Psicólogos Sin Fronteras, podemos decir que las personas aumentaron sus niveles de tensión, ansiedad y depresión, incluso de trastornos familiares, que ha tenido como consecuencia violencia en las parejas o violencia intrafamiliar”, dijo.

La experta, en una entrevista con Radio Fe y Alegría, señaló que los factores que principalmente están incidiendo son los problemas económicos e intrafamiliares. Además del poco bienestar social y el agotamiento de las personas que sienten que ya no crecen personal y profesionalmente.

Afirmó que los ciudadanos de la clases media y baja tienen poco acceso a soluciones, nuevos trabajos o proyectos laborales.

La psicóloga dijo que hay muchas personas que «ya no pueden más» porque atraviesan por situaciones sumamente difíciles.

«Pierden el sentido de la vida»

«Tienen a la mamá enferma, el carro dañado, a los niños en casa sin solventar algunas necesidades; no tienen una alimentación adecuada, no tienen donde recrearse. Entonces, se dan cuenta que pierden el control y el sentido de la vida y esa capacidad de conectar con el mundo», expresó.

Parada recomendó a los ciudadanos adaptarse, en la medida de lo posible, a las situaciones que se presenten y usar herramientas necesarias para enfrentar y mitigar las angustias y frustraciones del día a día. Insistió en que el factor económico ha sido determinante en la dificultad de mantener la salud mental, sobre todo en un país como Venezuela.

Destacó la dificultad para asistir al psicólogo porque no existe la posibilidad de acudir a bajo costo. Sin embargo, para controlar determinados momentos de ansiedad y depresión, dijo que se pueden realizar ejercicios al aire libre, técnicas de relajación y meditación, reuniones con familiares y amigos, estar solo y reflexionar, orar y alimentar la espiritualidad.

(MT/El Nacional)

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