La ingesta elevada de sal puede causar hipertensión y deterioro cognitivo, como ha probado la ciencia desde hace tiempo: los sistemas de receptores de angiotensina II y de prostaglandina E2 están implicados en la presión alta y la neurotoxicidad. En cambio, aún no se conoce bien cómo afectan los estados emocionales y al aprendizaje.

Una nueva investigación sugiere que la sal también es nociva para la memoria y puede causar demencia. Dado que todavía no existe una cura para la mayoría de las patologías de deterioro cognitivo, solo es posible intentar prevenirlas. Comer menos sal será una forma. En un estudio de científicos japoneses publicado en el British Journal of Pharmacology se estableció este vínculo.

El equipo analizó el papel de la angiotensina II, una hormona importante para la regulación de la presión arterial y el equilibrio de líquidos, y su receptor AT1. También ahondaron en comprender el papel de la molécula de proteína prostaglandina E2 y su receptor EP1, que también se sabe que están involucrados en la presión arterial alta y la neurotoxicidad.

La pregunta era hasta qué punto estos mecanismos están involucrados en la presión arterial alta y el deterioro cognitivo causado por la ingesta excesiva de sal. Los científicos encontraron una respuesta. Descubrieron que el incremento en la presión arterial inducido por el consumo de sal, mediado por la interacción de Ang II-AT1 y PGE2-EP1, sí causa problemas emocionales y cognitivos.

Hisayoshi Kubota afirmó, sin embargo, que “los estudios que se han centrado en la interacción entre los sistemas nerviosos periférico y central no han analizado suficientemente este vínculo”.

Según los datos, la adición de un exceso de fosfatos a la proteína tau es la principal responsable. Tau es una proteína clave en el desarrollo de Alzheimer.

Los hallazgos podrían implicar que los sistemas de Ang II-AT1 y PGE2-EP1 sean potencialmente nuevos objetivos en el tratamiento de la demencia inducida por la presión arterial alta, apuntando a prevenirla.

“Es de gran importancia social y económica, porque los costes del tratamiento de la demencia aumentan cada año”, concluyó Akihiro Mouri.

(MT/Infobae)

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