Gustavo Guaidó, hermano del presidente interino de Venezuela, vuelve a dar de qué hablar a través de las redes sociales por la misma razón: su vida de lujos, viajes y placeres, sin trabajar, sin heredar y rodeado de serios cuestionamientos de corrupción que pesan sobre su hermano Juan Guaidó.

La última vez que Gustavito se hizo viral por estos lares fue por su infidelidad a Cristina Carbonell, su entonces esposa y a quien dejó por la venezolana residenciada en Miami, María Gabriela Eslava. Justo con ella emprendió su vida sibarita de nuevo rico sin otros fondos demostrados más que el rápido e inexplicable ascenso económico de su familia tras el «interinato» sin fin de su hermano.

Desde Miami hasta Paris, atravesando océanos, Gustavo y Gabriela han conocido más países que un atleta olímpico. Ninguno de los dos trabaja ni tienen una trayectoria empresarial que de fe de la vida de lujos, pero eso sí, ambos se rodean del jet set de enchufados y boliburgueses, como Miguel Mawad y Alejando Andrade, involucrados en millonarias estafas al estado venezolano durante la era de Chávez.

Gustavo se ha convertido en todo un «latin lover» derrochando dólares gracias a las ganancias de su negocio de extorsión y sobornos.

El esquema que ha utilizado para enriquecerse sin trabajar, es pedir altas sumas de dinero a ex empresarios, funcionarios y banqueros enchufados para evitar que sean investigados por la justicia norteamericana, si «colaboran» con la causa de su hermano.

Pero no sólo este método ha dado frutos a los Guaidó. Recientemente Colombia halló graves irregularidades dentro de la empresa venezolana Monómeros S.A., el segundo mayor activo de Venezuela en el exterior tomada por la junta directiva designada por Juan.

Recordemos que la Superintendencia de Sociedades en Colombia intervino dicha empresa y podría rematarla si se encuentra en la quiebra.

Este escándalo y muchos otros, podrían explicar la vida de derroche de Gustavo Guaidó en el exterior, a expensas del dinero de todos los venezolanos.

Nada nuevo en Venezuela.

Gabriela Solano

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