El Paso, una ciudad texana fronteriza con México, afronta una creciente “crisis humanitaria” a la espera de un cambio en la política migratoria que tiene en vilo a migrantes de América Latina al otro lado de la valla.

El llamado Título 42, que se creó durante el gobierno de Donald Trump y otorga al Ejecutivo el poder de expulsar automáticamente a los indocumentados, podría ser retirado en los próximos días. Ha impedido que miles de personas crucen la frontera entre México y Estados Unidos.

La política debía expirar este miércoles, 21 de diciembre, pero la Corte Suprema lo dejó temporalmente en suspenso.

El lunes el presidente del máximo tribunal, el juez John Roberts, bloqueó temporalmente su fin en espera de un fallo sobre un recurso de emergencia presentado por una serie de estados liderados por republicanos que piden que la política permanezca vigente.

El martes, la administración Biden urgió a la Corte Suprema que ignorara la petición liderada por los republicanos de que mantenga en vigor el Título 42, argumentando que ya no se puede justificar.

También pidió que retrasara el final de dicha política hasta al menos el 27 de diciembre, para prepararse ante la afluencia de inmigrantes que se espera.

Si se levantara el Título 42, los funcionarios federales y locales calculan que el número de detenciones diarias aumentaría de 1.500 a una cifra entre 4.000 y 6.000, algo inmanejable para la ciudad con los recursos con los que cuenta.

El alcalde de El Paso, el demócrata Oscar Leeser, declaró el estado de emergencia por siete días, lo que dijo que les daría a las autoridades municipales los recursos para lidiar con el flujo de migrantes que están durmiendo en las calles de la ciudad.

Fuente: BBC News

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