El doctor Gottfried Knoche nació en Alemania, el 17 de marzo de 1813. Estudió en la Universidad de Halle y se recibió de médico en 1845. Ese mismo año emigró a La Guaira.

Decían que por las noches lo veían cabalgar con bultos extraños hacia la montaña. Que era amable con los niños y que curaba a los pobres. Que había comprado una finca por la zona y la había decorado de manera exquisita. Lo llamaban El vampiro de Galipán o el Dr. Frankenstein del Caribe. Trabajó voluntariamente en hospitales de La Guaira.

La noche vieja del año 1.900 en la hacienda Buena Vista, un caserón construido en el filo de las montañas que bordean el Valle de Caracas, no hubo celebración. El estado de salud del doctor Knoche había venido deteriorándose. El mismo día en que terminaba el año, repasó con Amalie Weismann, su criada y enfermera, los pasos que debía seguir tras su fallecimiento.

Le pidió ser momificado con la fórmula secreta que había inventado y desarrollado en Venezuela. El 2 de enero del año 1901 (hace casi 122 años), el cirujano alemán de 88 años dejó de respirar. Amalie buscó la preparación que Knoche había dejado lista y la inyectó en la yugular.

El cirujano iba a ser un ejemplo de sus propias investigaciones científicas, con las que logró descubrir una sustancia que podía dotar con apariencia de vida a los muertos. Entre 1859 y 1863, las tendencias políticas conservadora y liberal desataron en Venezuela la llamada “guerra federal”, en la que murieron más de 100.000 personas.

Para ese momento, el doctor Knoche ya trabajaba con persistencia en la posibilidad de evitar el inexorable proceso de descomposición de los cuerpos tras la muerte. Así que sus primeros experimentos los realizó con cadáveres producidos por la guerra.

Tras la muerte de Knoche, Amalie vivió más de 20 años sola en la casa de la montaña, acompañada únicamente por los cuerpos momificados. Falleció a la misma edad que Knoche (88 años) en 1926; fue inyectada con la dosis preparada para ella y acostada sobre el nicho disponible en el mausoleo familiar. Así, con Amalie, se fue también la última posibilidad de conocer el secreto momificador del doctor Knoche.

MT / RT

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