Millones de estadounidenses actualmente tienen dos o más trabajos para poder llegar a fin de mes; algunos incluso tienen que vender su sangre. Según The Guardian, ello se debe a que la inflación global y las corporaciones han disparado en el último año los precios de los alimentos, el gas, la vivienda, el seguro médico y otras necesidades.
Cashe Lewis, de 31 años, de Denver, Colorado, tiene dos trabajos y actualmente está tratando de encontrar un tercer empleo para cubrir el reciente aumento mensual de $200 en la renta de su apartamento. Ejerce días como barista en Starbucks, pero afirma que ha sido difícil obtener suficientes horas debido a los recortes de horarios impuestos por la gerencia.
Por la noche labora en una tienda de conveniencia. Trabaja seis días a la semana, a menudo 16 horas al día. “Estoy exhausta todo el tiempo”, dijo Lewis. “En el único día de la semana que tengo libre, dono plasma para obtener dinero extra. Estoy literalmente vendiendo mi sangre para comer porque no tengo otra opción”.
Su pareja sufre de epilepsia y no puede trabajar a tiempo completo. Incluso con seguro, sus medicamentos son caros y ella gasta alrededor de la mitad de un salario de dos semanas en Starbucks para cubrir las primas del seguro médico.
“Todos mis amigos y familiares también tienen varios trabajos, solo tratando de mantener la cabeza fuera del agua. Nada es asequible”, agregó Lewis y dijo: “No estamos viviendo, apenas estamos sobreviviendo y no tenemos más remedio que seguir haciéndolo”.
Más estadounidenses han estado trabajando en dos o más lugares en las últimas décadas, según datos del censo de EE. UU. Cifras de la Oficina de Estadísticas Laborales revelan que más de 400.000 estadounidenses tienen dos trabajos de tiempo completo. En septiembre de 2022, el 4,9 % de los más de 164 millones de trabajadores estadounidenses ocupaban dos o más puestos de trabajo, más de 7,7 millones de trabajadores.
Muchos de estos trabajadores que tienen múltiples empleos lo hacen para tratar de llegar a fin de mes y, a menudo, trabajan más de 40 horas a la semana.
MT / The Guardian