Jens Stoltenberg, secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), señaló que la organización “se esforzará en todo lo posible para encontrar una vía política” a las preocupaciones expresadas por Rusia y resolver los desacuerdos a través del diálogo, pero “ante la posibilidad de que la diplomacia falle”, prevén escenarios y abordarán siempre primero las preocupaciones de sus aliados.

Stoltenberg sostuvo que el diálogo “debe basarse en los principios clave de la seguridad europea y llevarse a cabo en consultas con Ucrania”.

En medio de tensiones que recuerda los años de la guerra fría, para este 12 de enero se prevé la reunión del Consejo OTAN-Rusia, que busca avanzar en las garantías mutuas de seguridad.

Y es que mientras la alianza atlántica argumenta una posible invasión militar de Ucrania que, supuestamente, estaría sopesando el Kremlin, para desplegarse militarmente muy cerca de las fronteras rusas, Moscú rechaza las acusaciones y denuncia que la expansión del bloque militar hacia el este y hacia sus fronteras nacionales amenaza su seguridad, ya que se estarían rebasando “líneas rojas” que no son otra cosa que la capacidad táctica de reacción ante un ataque.

En otras palabras, Moscú arguye que la OTAN, al desplegarse frente a sus fronteras, rompe el equilibrio que permite a ambas potencias militares defenderse en igualdad de condiciones y no está dispuesta ceder en ese terreno.

Se trata del tiempo de vuelo de misiles de la OTAN para impactar defensas rusas si se disparan desde Ucrania, que colocarían al Kremlin en desventaja, y pregunta cómo reaccionaría la Casa Blanca si se desplegaran armas y tropas rusas en las fronteras de EEUU con Canadá o con México.

Vale destacar que en 1962, la llamada “crisis de los misiles en Cuba” que llevó al mundo al borde de una guerra nuclear, fue tras el despliegue de armas rusas cerca de EEUU.

Fuente: MT/ EFE

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