“Pajas entre colegas” se llama el local que llegó a Madrid, España, para ofrecer sesiones de masturbación con duración de 3 horas en las que entran hasta 70 hombres. La iniciativa ya existía en Estados Unidos. Según el diario El País, un hombre llamado Nacho G decidió llevarla a la capital española.
Para poder entrar hay que pagar 20 euros al mes o 235 euros anuales y también hay reglas de comportamiento. Para definir los precios y las normas, Nacho recibió consejos de Paul Rosenberg, el fundador de “Rain City Jacks”, el club de masturbación que se encuentra en Seattle.
Las dinámicas que deben ser cumplidas se resumen en frases cortas pero precisas. “Nada de labios pasadas las caderas”, lo cual implica que no se permite el sexo oral y “Nada va dentro de nada de nadie”, o sea, tampoco se permite el sexo anal o ningún tipo de penetración.
Lo que sí se permite son los besos o masturbar a alguien más, con el debido consentimiento. El color de la manilla que utilizan al entrar permite conocer a los demás si desean ser tocados o no. Nacho comentó además que su club es frecuentado tanto por hombres heterosexuales como homosexuales.
“Muchos hombres que vienen a nuestros eventos están casados o con novia y son felices con sus parejas. A mi juicio lo que buscan es lo que yo llamo la hermandad fálica. Esto no es nada nuevo, es perenne y universal, al igual que la masturbación masculina”, explicó.
Los ataques al club en redes sociales no tardaron en llegar. Algunos hombres heterosexuales no comprenden por qué esto es una práctica que no tiene nada que ver con ser homosexual, como también hay quienes no entienden que ser homosexual no necesariamente implica gustar de este tipo de prácticas. No obstante, también hay personas que lo ven como una iniciativa interesante.
Nacho, por su parte, invita a liberarse de los tabúes y abrirse a una experiencia que “ha sido una revelación para muchos de nosotros, especialmente porque no necesitamos ser normativamente bellos, dotados o musculosos para compartir el placer”.
MT | El Tiempo