La intervención de la prisión de Tocorón ordenada por el régimen de Nicolás Maduro dejó desmantelada la base de operaciones del Tren de Aragua, uno de los grupos criminales más temidos de Venezuela y América Latina, lugar que ostentaba lujos para complacer los gustos de los líderes de la organización delictiva.

11.000 policías y militares participaron en la intervención el 20 de septiembre al lugar que sirvió de residencia al Niño Guerrero, líder de la banda y ahora uno de los hombres más buscados en Latinoamérica.

El penal se había convertido en una ciudadela, donde además de un zoológico, había parques infantiles, piscinas, restaurantes y hasta una discoteca, entre los animales se hallaron cinco flamencos rosados que fueron “excarcelados” y ahora viven en el Parque Generalísimo Francisco de Miranda.

Los ejemplares, que presentan decoloración en el plumaje al haber tenido una dieta inadecuada, refiere una fuente del espacio recreativo, y fueron introducidos de forma ilegal en la cárcel.

El zoológico albergaba animales silvestres, como jaguares, garzas y estos flamencos.

Las aves (Phoenicopterus ruber) presentaron bajo peso al momento de su rescate, ahora “estos flamencos sobrevuelan por el agua, pero no alzan vuelo porque en el penal les quitaron algunas plumas para evitar que vuelen”, señaló el funcionario, que no precisó el día exacto del traslado.

Los cinco flamencos figuran entre los pocos animales que sobrevivieron durante el desalojo del penal, luego de un incendio provocado por los presos durante la operación.

“La mayoría de los animales fueron víctimas del fuego encendido por los propios privados de libertad que estuvieron allí, y ese fuego deshidrató a la mayoría de los animales, lamentablemente”, declaró el ministro de Interior y Justicia, Remigio Ceballos, posterior a la evacuación de la cárcel.

Antes de llegar al Francisco de Miranda, las aves hicieron una cuarentena en otro zoológico de la capital.

Al llegar «estaban estresados, ahora el estrés les ha bajado, de hecho buscan aparearse, caminan, se echan, abren sus alas», describió la fuente.

Su presencia despierta interés entre los visitantes. «No estaban antes», comentó una mujer que los contemplaba junto a sus dos hijas. «Están algo flacos».

Esta especie, que habita en humedales y ecosistemas costeros, obtiene su color gracias a la alimentación que consumen en la naturaleza, donde escarban con sus picos pequeños crustáceos, moluscos, mariscos y algunas algas.

Fuente: Infobae

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