Un trabajo de investigación realizado por la agencia informativa Reuters da cuenta de las asociaciones económicas de un venezolano que logró amasar una fortuna gracias a contratos cuestionados en el sector eléctrico en el país y que hoy busca incrementar su patrimonio, y lavar su imagen, gracias a negocios en el exterior. Se trata de Alejandro Betancourt, fundador de Derwick Associates Corp, hoy convertido en un inversor de startups célebre en España.
A partir de una reunión entre pequeños empresarios y un venezolano adinerado, “propietario del castillo en la cima de la colina”, tres personas familiarizadas con ese día de julio de 2016, cuentan que resultó en una inversión de 50 millones de euros que transformaría a Hawkers, un pequeño minorista online de gafas de sol, en una marca internacional. También ayudaría a su anfitrión, Alejandro Betancourt, de 36 años en ese momento, a desplegar las ganancias de acuerdos anteriores en Venezuela en participaciones que lo han convertido en un inversor en España.
Los antecedentes de Betancourt ya son objeto de investigación por parte de autoridades estadounidenses y europeas que siguen la pista a transacciones de unos 2.000 millones de dólares en contratos de centrales eléctricas estatales, proyectos que expertos en energía y opositores políticos del gobierno dicen que fueron sobrevalorados y no cumplidos. Los beneficiarios previstos de esos proyectos soportan apagones frecuentes y prolongados.
Antes de que la economía de Venezuela se derrumbara en la última década, los negociadores bien conectados ganaban miles de millones de dólares en contratos gubernamentales y movían el dinero al exterior. La migración de esa capital ha empeorado los problemas económicos del país, dicen los opositores al gobierno de izquierda, al tiempo que permite a los emigrados adinerados vivir lujosamente. Betancourt es un buen ejemplo.
La investigación cuenta cómo invirtió el dinero obtenido en Venezuela en la compra de propiedades en al menos 10 países. “Ha invertido más de $ 300 millones en el extranjero durante la última década, en empresas como Hawkers y en viviendas en París, Nueva York, Florida y España”.
Pero en Nueva York es investigado en un caso sobre lavado de dinero o pago de sobornos para obtener concesiones del gobierno venezolano. Uno de los casos refiere a un plan para lavar más de mil millones de dólares por parte de exfuncionarios y asociados de energía venezolanos, incluido un colega de Betancourt y codirector de su empresa que fue acusado por fiscales federales.
En Andorra, una investigación sobre supuestos sobornos pagados a funcionarios venezolanos a través de bancos en el principado europeo también revisó las transacciones de una empresa propiedad de Betancourt, según muestran los documentos de esa investigación, dijo Reuters
Betancourt no fue procesado en Andorra. No ha sido acusado en ninguno de los dos casos estadounidenses. Es posible que no surjan acusaciones después de esas investigaciones, detalla el trabajo que aclara que el adinerado venezolano se negó a ser entrevistado para este artículo, pero su abogado, Thomas Clare, respondió por él.
Clare negó todas las acusaciones contra su cliente y aseguró que completó todos los contratos a satisfacción del gobierno venezolano. “Cualquier problema desde entonces fue el resultado de una mala administración por parte de varias agencias estatales que operan las plantas”.
Los periodistas de Reuters llegaron cerca de Caujarito, una aldea de casas de bloques de cemento al sur de Caracas, donde hay dos plantas de energía adjudicadas a Derwick en 2009. “Conocido como “La Raisa”, el complejo supuestamente suministraría electricidad a más de 200.000 familias, según el sitio web de Derwick”.
Los residentes cercanos, destinados a recibir energía, dicen que los apagones aún duran días. Los datos del gobierno revisados por Reuters muestran que las turbinas de las plantas comenzaron a detenerse en septiembre de 2011 y que ninguna de las dos está operativa. La abogada de Betancourt dijo que las turbinas fallaron porque la compañía eléctrica estatal usó combustible inadecuado, según la investigación.
A principios de 2010, Betancourt firmó un acuerdo de “consultoría y asesoría” con Nervis Villalobos, un ex viceministro de energía conocido por sus conexiones con la industria. Según el contrato, revisado por Reuters, Villalobos presionaría a los contactos para ayudar a asegurar acuerdos de energía. Villalobos tenía contratos similares con otros, según documentos judiciales y personas familiarizadas con el sector.
Más tarde estaría entre las 28 personas imputadas en Andorra.
Como previó Betancourt, Chávez ordenó una serie de licitaciones de plantas de energía. Derwick recurrió a ProEnergy, la empresa estadounidense, para diseños, propuestas de adquisiciones y planes de construcción. Cuando ProEnergy presentó un borrador, según muestran los documentos internos de Derwick, Betancourt subió el precio y presentó la propuesta, en ocasiones el mismo día, al gobierno de Venezuela.
El abogado de Betancourt dijo que los aumentos reflejan los riesgos que asumió Derwick en una Venezuela volátil. Al encabezar los contratos de centrales eléctricas, Derwick se estaba exponiendo a una responsabilidad significativa en un momento en que las finanzas públicas del país se estaban volviendo cada vez más inestables.
Derwick ganó rápidamente una docena de licitaciones de energía termoeléctrica. Las plantas, alimentadas con diesel y gas natural, abastecerían alrededor de una octava parte de la nueva capacidad planeada por Chávez, según documentos del proyecto y del gobierno.
Entre agosto y octubre de 2010, según las facturas revisadas por Reuters, el gobierno de Venezuela depositó al menos $ 140 millones en una cuenta Derwick en JPMorgan Chase & Co en Nueva York. Un portavoz de JPMorgan Chase declinó hacer comentarios. Derwick recibió otros $ 166 millones del gobierno de Venezuela en un banco en Panamá. Todas las facturas especificaban que los pagos eran para proyectos de energía.
La investigación de los fiscales refiere a 2.000 millones de euros en “comisiones ilegales” pagadas a través de la banca andorrana por empresas y particulares a numerosos funcionarios venezolanos. Los pagos, dijeron, fueron a cambio de ayuda para ganar proyectos gubernamentales, reseñó Reuters.
Ni Betancourt ni Derwick fueron objetivos de la investigación, según una revisión de los archivos del caso.
“BUSCANDO OPORTUNIDADES”
Pronto, Betancourt se distanció de Venezuela y los proyectos eléctricos. Con los bolsillos llenos y un pasaporte europeo debido a los lazos familiares en Italia, se mudó a España. El trajo de Reuters incluye datos sobre el reportaje que la revista ¡Hola! hizo en julio de 2012 en ocasión de su lujosa boda en un monasterio de Madrid. Ese año, según los registros de la propiedad, pagó 24 millones de euros por El Alamin, el castillo donde hizo un nuevo hogar y luego dio la bienvenida al equipo de los Hawkers. Los documentos judiciales y de propiedad también muestran compras de bienes raíces en París y Florida para ese año.
En otra faceta de Betancourt, Reuters reflejó que a través de inversiones anteriores, se enteró de Hawkers, que entonces tenía tres años. Los fundadores habían creado expectación con gafas de sol asequibles y modernas. Usaron Facebook para dirigirse a los clientes y negociaron respaldos con celebridades como la estrella del fútbol uruguayo Luis Suárez. En 2015, las ventas anuales habían alcanzado los 22 millones de euros.
Pero necesitaban financiación.
Los fundadores tenían previsto pedir 35 millones de euros. Pero Betancourt, dijeron las personas, ofreció 50 millones de euros por una participación del 20%. Ellos estan de acuerdo. Para celebrar, viajaron en vehículos todo terreno por la finca de 1.400 hectáreas.
Malas decisiones y presiones a los fundadores para hacerse del control lo convirtieron en el accionista mayoritario de esta empresa a finales de 2017.
Reuters reveló que en julio de 2018, agentes federales en Miami arrestaron a Matthias Krull, quien hasta mayo de ese año había trabajado como administrador de patrimonio privado para el banco suizo Julius Baer Gruppe AG. Krull, junto con otras siete personas, fue acusado de conspiración para cometer lavado de dinero por el Fiscal Federal para el Distrito Sur de Florida.
Francisco Convit, socio de Betancourt y director, según los registros corporativos, tanto en Derwick como en Minenven, la empresa de Barbados, está plenamiente identificado en la investigación
El caso, según una denuncia penal presentada por los fiscales, se centró en una conspiración para lavar más de mil millones de dólares por parte de exfuncionarios de energía venezolanos y asociados. Krull se declaró culpable poco después de su arresto.
En el testimonio asociado con su declaración de culpabilidad, según un resumen presentado por los fiscales, Krull dijo que Convit y un individuo al que se refiere como “Conspirador 2” habían sido sus clientes durante varios años. Dos personas familiarizadas con el testimonio identificaron al “Conspirador 2” como Betancourt y dijeron que es un objetivo de la investigación de Miami.
La denuncia penal alegaba que Convit había conspirado para lavar dinero, en parte a través de Krull. Los fiscales dijeron que Convit y “Conspirator 2” habían recibido 227 millones de euros en fondos blanqueados. Reuters no pudo determinar el supuesto origen de esos fondos.
El abogado de Betancourt se negó a comentar sobre la afirmación de que Betancourt es un objetivo de la investigación de Miami o que se le conoce como un “conspirador” anónimo.
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