Un dron militar autónomo con inteligencia artificial «mató» a su operador humano durante un ejercicio de combate después de evaluar que este último era un obstáculo para cumplir su misión de destruir a los objetivos enemigos.


Afortunadamente, las maniobras eran simuladas y el operador no sufrió daño alguno, pero es un serio aviso sobre lo que puede pasar con las armas autónomas que las grandes potencias están desarrollando en estos momentos.


El incidente revelado en la cumbre de 2023 sobre el futuro del combate aéreo (FCAS) celebrado en Londres esta semana por la Royal Aeronautical Society provocó un intenso debate sobre las implicaciones éticas de la IA en operaciones militares.


El dron militar, controlado por un avanzado sistema de inteligencia artificial, participaba en un ejercicio de la Fuerza Aérea de los EEUU.


Su misión era cumplir con el papel de Supresión y Destrucción de Defensas Aéreas Enemigas (SEAD en sus siglas en inglés) que implica identificar y destruir amenazas de misiles superficie-aire (SAM).


En el ejercicio, el dron actuaba de forma totalmente independiente en la búsqueda y eliminación de peligros siguiendo los parámetros de la misión, pero tenía un operador humano responsable de aprobar el ataque final o denegarlo.


Este papel humano cumple con la doctrina dominante que establece que cualquier orden de fuego de un arma con IA debe ser aprobada por una persona responsable. En la conferencia, el coronel Tucker “Cinco” Hamilton, jefe de Pruebas y Operaciones de IA de la Fuerza Aérea de los EEUU, describió cómo la IA «mató al operador porque esa persona le impedía cumplir su objetivo».

Fuente: Agencias

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