Tourists take pictures of a Barbijo penguin (Pygoscelis antarcticus) at Orne Harbur in South Shetland Islands, Antarctica on November 08, 2019. (Photo by Johan ORDONEZ / AFP)

Se estima que el número de visitantes llegará a la Antártida hasta marzo de 2024 alcanzará los 100.000 por primera vez, lo que representa un aumento del 40% con respecto al récord anterior, cifra que ha encendido las alarmas de ambientalistas y las organizaciones internacionales en materia de protección ambiental, ante los inminentes riesgos para el ecosistema. 

Una imagen de un Boeing 787 Dreamliner estacionado sobre el hielo de la Antártida y azafatas sonrientes con vestidos hasta las rodillas posando frente a la aeronave, tomada el año pasado, impactó al dejar ver que cada vez son más las personas que visitan el helado continente, simbolizando una nueva fase en el turismo antártico.

Aunque el vuelo en cuestión transportaba personal y suministros para una misión de investigación (a diferencia de un vuelo Airbus A340 de 2021 que aterrizó en la Antártida transportando suministros para un campamento de aventuras exclusivo), es una realidad que los viajes al continente más austral de la Tierra han alcanzado un nuevo hito.

Claire Christian, directora ejecutiva de la Coalición Antártica y del Océano Austral, una alianza de organizaciones no gubernamentales que ha estado abogando por la conservación de la Antártida durante más de 40 años, advierte sobre los límites que deben regir el turismo en esta área del planeta, refiere un trabajo publicado por BBC Travel.

Penguin photos

«Ahora estamos viendo que es urgente gestionar adecuadamente esta industria y su efecto en un medio ambiente muy frágil y que está cambiando rápidamente», señaló.

La Asociación Internacional de Operadores de Turismo Antártico (Iaato, por sus siglas en inglés) incluye actualmente 95 embarcaciones en su directorio, incluidos 21 yates, que transportan a turistas adinerados atraídos por un destino de «última frontera», un lugar -como afirma un operador- «tan prístino y remoto que se oyen los copos de nieve cayendo al agua».

El medio precisa que algunos barcos transportan más de 400 turistas a la vez, y en su mayoría parten desde el extremo de América del Sur hacia la Península Antártica que sobresale hacia el norte de la masa de hielo de Antártida occidental.

Precisa que con el aumento de la competencia, los operadores ofrecen nuevas actividades turísticas más allá de las habituales excursiones en tierra para visitar colonias de pingüinos y focas, o viajes en botes inflables Zodiac para ver de cerca icebergs, ballenas jorobadas y orcas.

Por su parte, Elizabeth Leane, profesora de Estudios Antárticos en la Universidad de Tasmania, indicó que la industria se está expandiendo y hay una gran diversificación de actividades que incluyen viajes en kayak, aventuras en sumergibles y helicópteros.

«En algún momento esta cantidad de actividades será excesiva, pero no sabemos exactamente cuándo”.

El reporte apunta que muchos miembros de la Iaato dicen que promover la conservación de la Antártida es parte de su misión.

La oportunidad de educar e inspirar «es fundamental para salvaguardar los lugares silvestres e impresionantes que visitamos», afirmó Hayley Peacock-Gower, directora de marketing de la empresa turística Aurora Expeditions.

Sin embargo, estudios de bioseguridad (incluyendo uno que consistió en aspirar los bolsillos, calcetines, zapatos y equipos fotográficos de los turistas) encontraron una gran cantidad de especies no nativas presentes.

«Los hallazgos no nos sorprendieron; era lo que esperábamos», dijo la ecologista antártica Dana Bergstrom, profesora visitante en la Universidad de Wollongong, quien ayudó a realizar el estudio.

Y los riesgos son reales. Una especie de césped invasora se ha arraigado en una de las islas Shetland del Sur de la Antártida, mientras que la gripe aviar llegó recientemente a las islas subantárticas, donde ha tenido un efecto devastador en la población de focas.

«Probablemente llegue a la Antártida en algún momento de esta temporada, lo que sería terrible», dijo Leane, agregando que es más probable que el virus llegue a la Antártida a través de aves que de turistas.

«No sabemos cuán susceptibles son los pingüinos, pero las focas y las aves marinas son definitivamente susceptibles».

Múltiples riesgos

A pesar de estas amenazas inminentes, Bergstrom señala que la bioseguridad no es el mayor peligro que enfrentan las áreas silvestres de la Antártida.

El análisis explica que la gran distancia que recorren la mayoría de los visitantes para llegar a la Antártida hace que las emisiones de carbono sean un problema grave. El promedio de emisiones de carbono por persona de un turista antártico es de 3,76 toneladas, aproximadamente la suma total que un individuo suele generar en un año entero.

Varios estudios han demostrado que en la Península Antártica, hogar de sitios de desembarco populares como la isla Cuverville en el puerto de Neko, la nieve tiene una mayor concentración de carbono negro procedente de los gases de escape de los barcos, que absorbe más calor acelerando el derretimiento de la nieve.

Un estudio calculó que cada turista entre 2016 y 2020 derritió efectivamente alrededor de 83 toneladas de nieve, debido en gran parte a las emisiones de los cruceros.

La Antártida es vulnerable no sólo por la fragilidad de su medio ambiente, sino también por la falta de un órgano rector único.

Los investigadores recomiendan que cualquiera que esté pensando en visitar la Antártida analice detenidamente su motivación y los impactos de su decisión.

«Si tu motivación es simplemente que ya has visitado seis continentes y ahora quieres llegar al séptimo, personalmente creo que es una razón bastante frívola».

Bergstrom también sugiere que los posibles viajeros piensen detenidamente.

«Si lo que realmente quieres es conectarte con la nieve y el hielo y vives en el hemisferio norte, ¿puedes tomar un tren hasta la región nevada más cercana?» señaló.

«O si realmente quieres hacer este viaje, entonces considera cómo compensarlo. Calcula cuánto carbono emitirás y considera cómo puedes limitar tu huella de carbono en otras partes [de tu vida]».

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