Un pueblo en Islandia, hogar de 4.000 personas, podría ser devastado por una inminente erupción volcánica, según advierten los expertos.

Grindavík, ubicado cerca de la capital Reykjavik, podría sufrir graves daños en cuestión días, algo que se deduce a partir de 2.800 terremotos —de una magnitud de entre 3 y 5.2— en la entrada del volcán Fagradalsfjall este fin de semana. Debido a esta liberación de tensión, es probable que el magma tenga un camino fácil hacia la superficie.

«El magma se encuentra ahora a una profundidad muy superficial, a unos 800 metros, por lo que esperamos una erupción en un par de días», afirmó Vidir Reynisson, jefe de la Protección Civil y Gestión de Emergencias de Islandia.

En respuesta a la intensa actividad sísmica, la Laguna Azul, famosa por sus aguas termales y hoteles de lujo cerca de Grindavík, fue cerrada como medida de precaución.

Debido a los deslizamientos de tierra en Reykjanes, no es posible salvar al ganado y a los animales de granja de la zona de peligro definida, la cual actualmente está cerrada a todo tráfico humano hasta nuevo aviso.

Estado de emergencia

Grindavík, situado a solo 1.38 km al suroeste del epicentro sísmico, ha activado planes de evacuación en previsión de una posible erupción. De hecho, la policía islandesa cerró una carretera clave de norte a sur hacia este pueblo debido a daños causados por los terremotos.

Además, la planta geotérmica Svartsengi, un proveedor clave de electricidad y agua para 30.000 residentes en la península de Reykjanes, ha activado planes de contingencia para proteger las instalaciones y a su personal en caso de una erupción.

Con 33 sistemas volcánicos activos, Islandia, apodada la «Tierra de Fuego y Hielo», cuenta con el mayor número en Europa.

(MT/BI/RUV/MP/Noticiero Universal)

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